martes, 27 de noviembre de 2012

La leyenda de la flor del ceibo.



Es tradicional la fiereza de la tribu "Guayaquí", de la familia de los guaraníes. Sus hombres y sus mujeres eran belicosos y celosos defensores del lar nativo.
Los Españoles los creían muchas veces verdaderos brujos, y los castigaban como a tales, es decir, con la hoguera. Las luchas entre indios y españoles dio lugar a una de las más bellas leyendas de las tierras que bañan el Paraná y el Uruguay.

La leyenda de la flor del ceibo.

Había en la tribu Guayaquí una indiecita que amaba su tierra natal al extremo de recorrer sola los bosques conversando con las aves, con las flores, con los animales que poblaban el bosque. Era conocida por la dulzura de su voz que de continuo entonaba los cánticos propios de su raza. Cuando ella cantaba, hasta el río rumoroso parecía callar para escucharla.
Un día, un gran pájaro de blanquísimas alas llegó navegando por el río; de él bajaron hombres barbudos cubiertos por metales relucientes que parecían dueños del rayom
transformándose por momentos en monstruos de cuatro patas y dos cabezas que atropellaban todo lo que encontraban en su camino.
La tribu de Anahí decidió defender la tierra nativa superando el terror que los embargaba ante aquellos monstruos desconocidos que más que hombres parecían creación del mismo Añangá.
Pelearon, pelearon días y días, semanas enteras. Pero iban siendo echados poco a poco de sus bosques, de sus ríos, de sus sierras. Anahí, pese a su juventud luchaba como los más valientes. Su voz ya no cantaba más, gritaba la venganza y la guerra y animaba a los hombres y mujeres de la tribu. Pero un día aciago cayó prisionera. Llevada al campamento español, logró en la noche zafar sus ligaduras y golpeando malamente a
un centinela ganó nuevamente el bosque, con tan poco fortuna que volvió a caer en manos de sus captores.

El soldado herido por Anahí murió. Sospechada de bruja, porque nadie podía admitir que con aquel cuerpo esmirriado y con su juventud pudiera haber dado muerte de un golpe al soldado, y atribuyéndole ayuda diabólica, fue condenada a morir en la hoguera.
Atada al palo de la ejecución y prendido el fuego de los leños, las llamas comenzaron a abrazarla. Pero Anahí, en medio de las llamas, en vez de gemir comenzó a cantar una canción en la que pedía a Tupá por su tierra, por su tribu, por sus bosques, por sus ríos.
Su voz se elevó al cielo, y al nacer el día, el cuerpo carbonizado de Anahí se había convertido en un robusto tronco de un árbol hermoso del que pendían racimos de
rojas flores.
Esa es la leyenda del ceibo, nuestra flor nacional.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Maracuya, la fruta de la pasión.


El nombre maracuyá introducido a las lenguas europeas a través del portugués es una corrupción del guaraní mburucuya; etimológicamente mberu kuja, "criadero de moscas", por la dulzura del néctar que resulta atractivo para el desove de los insectos o más bien porque el contenido de sus frutos recuerda un grupo de moscas.

Flor de maracuya (de lo de mi suegra)

















Acá les dejo unas recetas que hicimos con maracuya, en la primer receta no es el producto principal pero si le da un toque distintivo, tanto en el sabor como en textura (por las semillas), el maracuya es un producto muy especial  por el sabor que tiene, y porque la primera vez que vean uno !LES VA A PARECER HORRIBLEEEEEEE! Jaja. No se asusten por el olor o por la viscosidad que tiene y las semillas parecen bichitos, tras ese manto se oculta un sabor DELICIOSO, y muy particular. Que se los utilice en postres es lo mas común, pero sirve para una infinidad de cosas, desde sopas saladas, hasta ensaladas, pasando por ceviches y salsas. La flor del maracuya es muy bonita y por su forma se le da su carácter de afrodisíaca, pero en realidad su nombre es mas bien religioso, misioneros españoles al verla, le atribuyeron semejanzas  a la cruz de la pasión de jesus, ahí el nombre; la flor de la pasión, de todas maneras se la sigue relacionando con un producto afrodisíaco, que disfruten estas recetas como se debe, con pasión.   


Ceviche de salmón y maracuyá: Para 4 porciones

Ceviche de salmón, maracuya y naranja.
Ingredientes:
-salmón fresco: 1 kg.
-Maracuyá: 1 u.
-Naranja: jugo de 1 u.
-Limón: jugo de 2 u.
-Palta hass: 2 u.
-Rucula: 1 planta.
-Cherry: 100 grs.
-Cebolla morada: 1 u.
-Choclo.












Lo primero que tenemos que recordar es, el ceviche, ¡SIEMPRE DEBE SER CON PESCADO FRESCO!, si bien se cocina con el ácido cítrico del limón y la naranja, debemos tener cuidado con la cadena de frió y saber la procedencia del pescado en cuestión.
Esta receta es muy sencilla, con el toque del maracuyá buscamos que tenga un sabor más exótico y personal, el maracuyá es muy compatible con los cítricos, el chocolate, la banana, el ají picante.

Procedimiento:
Cortamos el salmón en dados pequeños (según su gusto personal), y lo dejamos marinando con el jugo de naranja y el jugo de limón en la heladera. Cortamos los tomates cherry en cubos pequeños, sacamos la pulpa del maracuyá (apartamos algunas semillas para decorar) y se los agregamos a la preparación. Salpimentar a gusto.
Emplatado:
Como base ponemos la palta cortada en rodajas finas, agregamos (teniendo cuidado) para que quede ¡lindo y prolijo! el ceviche de maracuyá, escurriendo un poco el jugo. Terminamos con la cebolla cortada en juliana bien finita (pasada previamente por agua caliente) y la rucula por encima. Y decorando con las semillas del maracuyá. 
Ceviche de salmón, maracuya y naranja.
O en un shot (vacito para el tequila) vamos agregando los productos, por ultimo el salmón y la cebolla o rucula.





















Torta mousse de maracuyá helada: para 8 porciones

Torta mousse de maracuya.
Ingredientes:
Masa:
-Huevos: 2 u.
-Azúcar: 200 grs.
-Harina leudante: 175 grs.
-Nueces o almendras picadas: 200 grs.
Mousse helada:
-Maracuyá: 1 kg. (Aprox. Según tamaño)
-Crema de leche: 250 grs.
-Azúcar: 150 grs.
-Claras batidas a nieve: 4 u.
-Gelatina sin sabor: 2 sobres (de 7 grs. Cada uno)
-Jengibre rallado: A gusto.

Procedimiento:
Masa; Batimos los huevos hasta el punto letra (seria el momento que levantamos el batidor y podemos dibujar letritas en la masa), ahí agregamos el azúcar, seguimos batiendo hasta que disuelve el azúcar, tamizamos el harina y la vamos incorporando mientras batimos. Forrar una placa para horno (de 30 cm. X 40 cm. Aprox.) con papel aluminio y enmantecar, verter la preparación sobre esta misma y llevar a horno a 200º durante 7 min. Aprox.  Vamos a saber cuando estén los bordes doraditos, pero blandita en el centro (¡NO CRUDA!, BLANDITA), cuando la sacamos del horno agregamos las almendras picadas, dejar enfriar y reservar.
Mousse Helada; Batimos la crema con el azúcar hasta punto chantilly, incorporar con movimientos envolventes el maracuyá y el jengibre, reservamos en la heladera. Hidratar la gelatina sin sabor con agua tibia, mezclar con el azúcar hasta que se disuelvan los cristales, colocar las claras en un bol de acero inoxidable (colocamos una olla con agua sobre el fuego para baño maría) y añadir la gelatina hidratada, mezclamos con batidor eléctrico (o a mano) sobre el baño maría (el bol no debe el agua) hasta que se desnaturalice la clara y lleguemos a formar un merengue (cuando levantamos el batidor la preparación no se cae).  Separamos la elaboración en dos partes, la primera la agregamos toda a la crema de maracuyá y unimos bien, el resto lo vamos agregando de a poco hasta con movimientos envolventes. Colocamos sobre la placa con la masa cocida y llevamos a freezer por una horita. Desmoldar y servir.


Mousse de maracuyá y mandarina con salsa de frutilla y albahaca:

Ingredientes:
-Maracuyá: pulpa de 2 u.
-Mandarina: jugo de 1 u.
-Crema: 100 grs.
-Azúcar: 75 grs.
-Gelatina sin sabor: 4 grs. (medio sobrecito más o menos)
Salsa:
-Frutillas: 100 grs.
-Albahaca: 5 o 6 hojitas.
-Azúcar: 50 grs.

Preparación:
Hidratamos la gelatina sin sabor en el jugo de mandarina llevamos al fuego hasta que este tibio, e incorporamos la pulpa de maracuyá. Batimos la crema con el azúcar a punto chantilly, unimos las dos preparaciones con movimientos envolventes y reservamos en la heladera (por lo menos una hora).
Salsa: limpiamos y cortamos las frutillas y las hojas de albahaca uniformemente, las ponemos en un vaso grande o jarrito junto con el azúcar y lo procesamos con la minipimer (si no tenemos podemos usar el viejo pero ponderado MORTERO), Si es necesario podemos agregar agua, o algún jugo en particular (de naranja, de mandarina, de pomelo, etc.)
Servir en copas o plato de postre, la mousse con la ayuda de una cuchara de halado (o simplemente una cuchara) siempre hacia arriba, ¡para darle presencia y altura! Terminamos con la salsa por encima y podemos decorar con hojitas de menta o bien podría ser con albahaca fresca, si queremos sorprender con algo diferente al invitado.