viernes, 16 de agosto de 2019

Comunidad mbya guaraní: Yvytu pora, AGUYJEVETE!!

Aguyjevete: Gratitud.
Esa palabra simplifica todo lo vivido hoy domingo 9 de junio del 2019 en la comunidad Mbya Guaraní "Yvytu porá" (lindos vientos). Gratitud por el intercambio cultural y emocional, gratitud por el suelo que pisamos y respetamos. Gratitud por aceptarnos mutuamente, gratitud por cocinar con amigos...
El plan era salir a las 08:30 de Posadas para llegar a las 10:15 (demasiada confianza nos tuvimos en el momento de la planificación), un viaje de 90 minutos aproximadamente. Entre una cosa y la otra cosa y la otra cosa y la otra cosa salimos a las 11:00 para llegar a las 12:48 en punto al cartel que te invita a conocer el "sendero Yvytu Porá", 400 metros de camino de piedra (sin ningún problema) te dejan en el "centro" de la comunidad, la escuela con una bandera flameando, niñas y niños corriendo, un perro que los persigue tanto a ellos como a la pelota, bajo el puente corre un arroyito, sobre el lado izquierdo vemos el sector destinado al baño, con vergüenza miro y veo dos mujeres bañándose (una se tapa con la mano, la otra ni se percato de nuestra presencia), mi incomodidad se basa en prejuicios impuestos, en inseguridades personales y mis intentos de no ser irrespetuoso en una cultura que en muchísimas cosas es muy diferente a la nuestra, ni mejor ni peor, diferente, pero haciendo un análisis individual y muy subjetivo, en varias cosas mejor, mucho mejor... Seguimos avanzando hasta el almacén y la huerta de orquídeas, ahí veo un chico que levanta la mirada, sonríe, se levanta de la silla saludando, levantando la mano derecha... tiene una camiseta de fútbol, dientes grandes y blancos, una sonrisa real y sincera, frenamos, me bajo a saludarlo gritándole "Hola Fabian... tarde pero llegamos...", el solo sonríe, se acerca y me dice "Hola Saúl, que lindo que viniste, te extrañe..." y nos abrazamos unos segundos, con esas palabras reconfirme lo que sentía, que era aceptado y mas que eso, ya eramos amigos, un aire de tranquilidad recorrió mi cuerpo llevándose varios prejuicios y preconceptos, dejando ahí parado un cocinero con ganas de prender el fuego y compartir con amigos un intercambio de saberes, dar para recibir, siempre agradeciendo: AGUYJEVETE!

Llegamos y nos pusimos a cocinar, el fuego se prendió en minutos, solo bastaron 3 troncos ya encendidos que trajeron de la "cocina" y unas ramas que fuimos a buscar con Anibal. Descargamos lo que llevamos sobre la mesa de madera que nos ofrecieron para montar la improvisada cocina al aire libre, fácil, simple, cómodo y prolijo. Una gran parrilla nos facilito mucho el trabajo, sobre ella montamos la gran olla (que pedimos prestada a las cocineras de la comunidad) y comenzamos a tirar vegetales para el jopara, conversando me dice Anibal "Si si, hacemos jopara, conozco, pero no así, lleva maíz, porotos y alguna carne... muchos vegetales ese, pero bien, esta bien... esta bien", expresando con respeto y midiendo mi reaccionar ante sus palabras, ambos nos estábamos conociendo y entendiendo en la cocina, donde la sensibilidad muchas veces juega un papel importante. Doramos bien los vegetales y empezamos a tirar los porotos que lavamos previamente en una palangana (también de buen tamaño, al vivir en comunidad no se cocina para unos, se cocina para todos), llevamos 6 clases de porotos, reservamos algunos que intercambiamos para nuestras respectivas huertas. Ya en marcha el Jopara. Calculo que ya eran las 13:45, el plan era que auspicie de merienda-cena... en la mesa ya eramos 6 o 7 personas aproximadamente, la compañera de Anibal (con la cual tiene 2 hijos) es la hija de Juanita, la cacique. Algunos niños corriendo cerca miraban los vegetales y los hongos por sobre todo, con risa cómplice. Las chicas se ofrecieron a ayudar con el mbeju, elaboración que obviamente practican a diario, el mbeju clásico en una comunidad es fécula y agua, el nuestro seria mestizo, con el agregado de leche, queso y manteca. Nadie objeto que lleve esos ingredientes, al contrario, agradaba y mucho ver el queso fresco de chacra rallado incorporándose a la masa que tanto conocen... Propusimos que los hombres también se sumen a la mesa de cocina, teníamos apoyo en la olla del jopara, revolviendo constantemente para que se siga dorando y no se pegue, pero queríamos romper con que solo las mujeres cocinen, ellas reían ante la propuesta, pero sucedió, Anibal se arremango y metió mano al boul negro de plástico, así mismo su compañero con cierta timidez agarro el boul verde del mismo material. La situación ya estaba en marcha, al jopara le fuimos agregando agua y mas ramas abajo, el fuego se avivo y a pura llama borbotoneaban los porotos de un lado a otro, con tantos colores como vegetales tenia la olla, el mbeju en un abrir y cerrar de ojos volvió a las manos expertas de las cocineras. Me dispuse a empezar con el "curso" de hongos, despacio y sin apuro cortaba uno por uno, mostrando y charlando sobre ellos, su nombre científico, de donde provenían y demás detalles, hubo diferentes reacciones, miradas con ganas de morderlos, otros indiferentes pero escuchando atentos de reojo y otros (1 o 2 personas) rechazando la propuesta con un gesto de desagrado. Los niños seguían corriendo, cada vez mas cerca, mirando con mas detalles esos hongos en la tabla... Cuando las palabras estuvieron de mas la plancha apareció en escena, fue un monologo de chisporroteo y una melodía plagada de aromas que convenció hasta al mas lejano del deseo de degustarlos, los niños dejaron de correr. Bien dorados, vuelta y vuelta, un poco de sal y los sacamos, eran para el mbeju relleno, pero no podíamos desaprovechar ese momento mágico, invitamos a degustar, la gurisada sin mediar ni un palabra agarraban con una sonrisa y derecho al buche, sin pensar, felices volvieron a correr y al minuto de nuevo cerca viendo si seguía la degustacion de hongos. Los mas grandes también probaron, algunos con dudas otros muy seguros y confiados, excepto la compañera de Anibal que nos dijo "No gracias, no me gusta..." que abrió el debate sobre "No me gusta porque es raro, es raro porque nunca lo comí...". Pasaron los minutos, ya pasadas las 14:30 teníamos el mbeju relleno y cortado, fuimos repartiendo, nos acercamos a la semi ronda que estaba junto a la nosotros, en el centro estaba juanita en silencio tejiendo una canasta, era hipnotizador ver la agilidad en esas manos, junto a ella las tacuaras, algunas ya deshilachadas, otras enteras. Una a una hilvanaba las tiras de tacuara con una facilidad, si, parecía fácil, se veía fácil, pero lo pensabas un segundo y era imposible imaginar hacer eso mirando simplemente una tacuara, dura, firme, como seria posible a eso... Luego de brindarle nuestros respetos y palabras de agradecimiento a Juanita por recibirnos, surgió salir a un pinar cercano a recolectar hongos, eramos un grupo de 6  adultos y 4 o 5 chicos. El pinar estaba "abandonado", sin "ralear", ramas bajas, muy frondosas, y mucho pino guacho, era un bosque de película, una cubierta de hoja de pino color marrón claro con tonos naranjas y matas de verde en ciertos puntos específicos generaban una visual para no desperdiciar... Entre los mbya se comunicaban a lo lejos con sonidos, como de pájaro o algún tipo de animal, y se iban encontrando en ciertos puntos, algo increíble, nosotros en mas de una oportunidad casi nos perdemos. Si bien conocen el pinar, el sentido de orientación y coneccion con la naturaleza es envidiable, a la vuelta de la recolección salio partidito, sin distinción de genero, chicos y chicas por igual, mi partido duro 8 min. aprox. La vuelta a casa nos esperaba cargados de felicidad e ideas flotando en la cabeza esperando gestarse y nacer.Y con la cesta que nos obsequio Juanita, la misma que estaba tejiendo en el momento que estábamos cocinando. Un tesoro muy preciado para nosotros que nos acompaña en todo momento en el restaurante.




Cocinamos:
-Mbeju relleno con hongos de Misiones.
-Jopara con 6 clases de porotos locales, vegetales de la chacra, mandioca, maíz.


La comunidad Yvitu Porá ofrece un sendero para los turistas, que incluye música típica e historias muy interesantes sobre su cultura, mas algún tentempié cocinado a las cenizas. Muy recomendable y accesible.
Ubicación: se encuentra a 18 km de la zona urbana de Aristóbulo del Valle. Acceso a 400 mts. de la Ruta Provincial Nº 7. 
-27.102616,-54.96645














Con la cacique Juanita


Maíz nativo
Maíz nativo














jueves, 14 de junio de 2018

Papa del aire, chuchu, güisquil o chayote.

Esta cucurbitácea que tanto abunda en la provincia de Misiones tiene amplio potencial gastronómico, ya que es muy versátil y fácil de trabajar.



Empecemos por las raíces familiares...
Cucurbitácea: Familia de plantas tipicamente trepadoras por zarcillos (esos rulitos que se agarran de lo primero que tienen cerca). En general son plantas herbáceas y anuales (se puede secar completamente y volver a brotar luego del frío), hay muchísimas variedades, algunas variedades son de los sabores mas amargos del planeta (eso ayuda a que se proteja de animales que quieran comerla) si de plantas hablamos. De las cultivadas y consumidas por el ser humano están las calabazas, zapallito de tronco, melón, sandia...



Variedades de chuchu:
Existen entre 15 y 20 variedades, en general casi todas verdes o blancas, mas chicas, mas grandes, con pinches, con cascara rugosa o lisa... El sabor en general es bastante similar, acuoso, con cierto sabor a la fécula, la semilla también se come, siempre y cuando no este brotado, ya que se vuelve fibroso para proteger la semilla y su brote. En nuestra huerta tenemos 3 variedades (Blanca "pera" chica y grande, verde claro grande, y verde oscuro con partes de la cascara rugosa)


Cocción:
Cocida en ensalada es la receta mas popular en la chacra. Pelada, cortada en cubos, hervida y luego mezclada con cebolla morada y crema.
Se puede guisar, hornear, saltear, rallar cruda para ensalada, hacer puré, dulce.. Siempre pelada.



chuchu blanco chico

Chuchu verde y blanco grande

Chuchu verde grande


Chuchu de nuestra huerta
Chuchu naciendo en nuestra huerta
























Chuchu blanco grande
3 clases diferentes 























































































































Dudas, consultas u opiniones a: hoy_cocinoyo@hotmail.com
Estamos en: Tucuman 1564, Posadas, Misiones.
Contacto: 3764824477
Saúl Lencina, chef

lunes, 28 de agosto de 2017

¿"Vori vori" o "bori bori"?




¿Qué es? El “Vorí Vorí (o con B, como prefieran)”: Es una elaboración a base de maíz, queso, gallina y vegetales. Bolitas de maíz y queso que se cocina en caldo de gallina clásicamente.

Hoy cocinamos “Vorí Vorí con pollo de campo”, estábamos muy entusiasmados por hacer un plato con tanta historia, preponderancia y cariño por parte del habitante de esta región guaranítica. ¡Y apreciando la calidad de esas aves que conseguimos, “orgánicos” podríamos decir, pero la posta es que son pollos! Los verdaderos… La textura, el aroma, y la forma del cuerpo son diferentes al que más conocemos de consumo masivo, pero el sabor es el que se lleva los laureles de esta obra de arte, lo demás son detalles que suman, y mucho. Una vez publicado el menú, aparecieron las aclaraciones y/o consejos: “Es con B larga…” decían algunos… Y nos preguntamos ¿cómo se escribe?, ¿con V corta o B larga?, el público dividido, pero la mayoría dice: “¡Es BORÍ, con B larga…!!” pero otros defienden que es la V corta… Debate planteado, pero primero vamos a los ingredientes y la receta, o nuestra receta, mejor dicho.



Ingredientes:
Harina de maíz, queso, pollo (de campo), ajo, cebolla, apio, zanahoria, morrón, tomate, zapallito, zapallo, masala (mezcla de especias) y cúrcuma fresca. (Usamos estos porque trabajamos con productos de la chacra, de temporada, se podrían reemplazar todos por otros según temporada)
Empezamos con el caldo de pollo (fundamental); Doramos las piezas de pollo de ambos lados en 2 o 3 cucharadas de aceite, una vez logrado esto, agregamos los vegetales cortados en macedonia o cubos pequeños (reservamos una parte de los vegetales para agregar luego), agua fría en cantidad, tapamos y cocinamos por el mayor tiempo posible (a fuego bajo una vez que rompe hervor). En un recipiente colocamos la harina de maíz, y mezclamos con el queso (En este caso, queso de Colonia Aurora, Misiones) rallado y vamos tirando de a poco caldo caliente y mezclando hasta obtener una masa lisa, que se desprende de las paredes del recipiente, suave y lisa pero consistente.


Masa para "vorí vorí"




 Amasamos un poco, que quede una masa bien homogénea, ahí condimentamos con el masala y la cúrcuma rallada. Armamos bolitas, pasamos por harina de maíz (mientras agregamos el resto de los vegetales en el caldo y cocinamos por 10 min.)
Vorí crudo, caldo de pollo y vegetales para la sopa.

Cuando tenemos todas las bolitas listas ya podemos ir cocinándolas en la sopa hirviendo.


Una vez que empiezan a flotar las bolitas cocinar entre 5 y 15 min. mas, dependiendo del tamaño de su “Vorí”. El caldo estará espeso, sabroso y muy aromático. Terminamos con un trozo de pollo Dorado en aceite y kuratu. Y cebollita de verdeo fresca y bien finita.
Terminado.




El nombre “vorí vorí” es esencialmente guaranítico. En efecto, en el guaraní -una de las dos lenguas oficiales del Paraguay conforme a la actual Constitución Nacional del país sudamericano- la pluralización de un término se hace muchas veces por su repetición, vale decir, “vorí” es uno, pero “vorí vorí” es dos o más.

La palabra “vorí”, que duplicada designa al plato, es un derivado del español “bolita” (en alusión a las pelotitas de maíz que se encuentran en el caldo); el vocablo “bolita” guaranizado fue “borita” y, finalmente, se apocopó en “vorí”. Luego, “vorí vorí” es “bolita, bolita”. Recordemos que la letra B en el alfabeto guaraní no existe, se usa sólo como componente de dígrafos; Mborere, Mboyere, Mbeju, Mbaipy, acompañando a la letra M, en cambio, la letra V sí esta en el alfabeto guaraní. Traducción (del diccionario guaraní-español de la “colección Ñemity”) de “vorí vorí”: Bolitas de harina de maíz. En ese mismo diccionario no existe la palabra “bori bori”.

En conclusión, para nosotros es el pueblo el que decide cómo se dicen las cosas, el tiempo dirá… Pero hoy, nos animamos a arriesgar que es "vorí vorí".




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Saúl Lencina, chef

miércoles, 12 de abril de 2017

Chipá.

Chipá, chipa, chipacito, chipita, pão de queijo...

Varias formas que llamar a una misma cosa, en diferentes ciudades y países, es hablar de expansión, de recorrido, de una personalidad que se adapta y se impone por donde pasa. El chipá nace del encuentro de dos culturas, nuestros pueblos originarios los guaraníes y los conquistadores, mas puntualmente los españoles, las misiones jesuitas fueron un suceso muy importante para la historia de la gastronomía local.
Maíz, mandioca, zapallo, maní (etc) + Leche, huevo, queso, manteca (etc) = Cocina misionera (Sumándole las diferentes culturas que influencian esta región). Al hablar de "chipá" hablamos de "torta", una especie de pan, una masa que los guaraníes amasaban cotidianamente, apta para cocinar a las brasas y servir como alimento, fácil de transportar y con gran aporte calorico, podía ser tanto de fécula de mandioca como de maíz. A eso le agregamos manteca, queso, leche y sal, de la mano de los jesuitas y obtenemos la base de la chipa que comúnmente podemos hacer o comprar hoy en día, o chipa guazu, una sopa paraguaya, y si obviamos la leche, hacemos un mbeju.
Hay tantas recetas de chipá como de "chiperos", todos tienen el secreto para la mas rica, la mas crocante, la mas buscada, lo cierto es que todas tienen lo suyo, probé desde las que no te dejan parar de comer hasta las que con una es mas que suficiente, pero algo se puede afirmar, la mejor es la caserita recién salida del horno. Un queso rico, y un horno bien fuerte pueden ser otros tips para recalcar, el agregado de ralladura de cascara de cítricos y/o jugo de los mismos ya nos lleva a otro mundo, de reversionar recetas clásicas, de darles tanto respeto como valor, y la amoldamos a lo que tenemos a mano, una chipa de espinaca, acelga, remolacha, cúrcuma y/o curry.

¿Chipá o chipa?
De la lengua guaraní viene la palabra "chipá", palabra que se mantiene completamente viva en Paraguay, de aquí fue que llego y se mantuvo tan fuerte en Corrientes (provincia que pertenecía a Paraguay), y de ahí llego a Buenos Aires por ejemplo que también se dice chipá. En Misiones en cambio se dice chipa y/o chipita. Conclusión: Ambas están bien, respetando el idioma de origen es chipá, castellanizada es chipa.



Nuestra receta de chipá:
Fécula de mandioca.
Ricota.
Manteca.
Queso cremoso.
Queso semi duro.
Huevo.
Sal.
Jugo de limón o de naranja y ralladura de la cascara del mismo.

Chipá de colores saborizadas: Vegetales de temporada, frescos, procesados, rallados o picados según gustos particulares de cada uno (espinaca, rucula, arvejas, zanahoria, remolacha, cúrcuma, albahaca, etc)
A tener en cuenta: La humedad del producto que vayamos a usar, si picamos albahaca no nos va a variar tanto, si rallamos remolacha cruda y se la incorporamos tendremos que tener en cuenta que la masa tendrá mas humedad que lo normal.

Acá unas fotos de nuestras chipas de colores saborizadas: 




Clásicas:

























Espero que disfruten la receta, y les sea de utilidad, la idea es fomentar la utilización de productos regionales, buscando diferentes opciones, recetas y combinaciones.

Cualquier consulta, duda o consejo: hoy_cocinoyo@hotmail.com
Nuestro local: "Hoy cocino yo" Tucuman 1564, Posadas, Misiones.
3764 824477






sábado, 8 de abril de 2017

Piscicultura en Misiones.

Comer lo que se pesca:

Aceptando con mucho gusto la invitación de Patricio Corro (junto al ing. Fernando Tejedor realizan el programa "Tecnificando el agro", transmitido por "Canal rural"), y el amable recibiendo del productor Ruben Jaros (dueño de la laguna en el despesque) nos dirigimos a General Alvear, a solo 4 KM de Obera, departamento al cual pertenece. Alvear es uno de los puntos tealeros mas importantes de la región, la piscicultura es una actividad que esta mostrando sus frutos al productor local, que busca diferentes posibilidades mas allá del té y la yerba mate, Patricio es uno de los asesores del desarollo de esta actividad en esta localidad, que tiene la particularidad de no tener casi población urbana. Vida de chacra, vivir de la producción local.
La piscicultura llega a la provincia de Misiones de la mano de los inmigrantes europeos, que en la década del cuarenta improvisaban pequeños estanques para la cría de peces pero para consumo propio. Mucho tiempo después, en el año 1995 la empresa Hreñuk S.A se convierte en una de las pioneras en la producción, procesado y comercialización de peces en la provincia. Hoy en día son varias las empresas dedicadas a la acuicultura de peces, también cooperativas como "Alto Uruguay" ltda. y muchos pequeños productores que no solo utilizan para el auto consumo, sino que también comercializan con sus vecinos mas cercanos.


Historia de la piscicultura:
Existen referencias de prácticas de cultivo de peces en la antigua China, Egipto, Babilonia, Grecia, Roma y otras culturas euroasiáticas y americanas. Las referencias más antiguas datan en torno al 3500 a.c., en la antigua China. En el año 1400 a.C, ya existían leyes de protección frente a los ladrones de pescado. El primer tratado sobre el cultivo de carpa data del 475 a.c, atribuido al chino Fan-Li, también conocido como Fau Lai.
Entre griegos y romanos, existen numerosas referencias. Aristóteles y Plinio el Viejo escribieron sobre el cultivo de ostras. Plinio, en concreto, atribuye al general romano Lucinius Murena el invento del estanque de cultivo, y cita las grandes ganancias de su explotación comercial, en el siglo I Séneca también tuvo su opinión sobre la piscicultura, bastante crítica: “la invención de nuestros estanques de peces, esos recintos diseñados para proteger la glotonería de las gentes del riesgo de enfrentarse a las tormentas”.
En la cultura occidental, la acuicultura no recobró fuerza hasta la edad media, en monasterios y abadías, aprovechando estanques alimentados por cauces fluviales, en los que el cultivo consistía en el engorde de carpas y truchas.
En el año 1758 se produjo un importante descubrimiento, la fecundación artificial de huevos de salmones y truchas por Stephen Ludvig Jacobi, un investigador austríaco, aunque su investigación no salió del laboratorio y quedó en el olvido.
En 1842, dos pescadores franceses, Remy y Gehin, obtuvieron puestas viables, totalmente al margen del hallazgo de Jacobi. Lograron alevines de trucha, que desarrollaron en estanque con éxito. El descubrimiento llevó a la Academia de Ciencias de París a profundizar en el hallazgo, y con ello la creación del Instituto de Huninge, el primer centro de investigación en acuicultura. (texto extraido de:https://es.wikipedia.org/wiki/Piscicultura)


Cocina a la leña:

La finalidad era ir a aprender, los médicos van a conferencias, los cocineros a "despesques", pero no solo fue aprender, fue compartir, fue escuchar, mirar, preguntar y disfrutar.  Así como llegamos, se escucha luego del "buen día" nuestro, alguien que responde los que ya estaban sentados en un banco hecho con un tronco; "buen día era cuando me levante" y risas varias que te reciben y te explican con que tipo de personas estas tratando, "relájate, ayuda y disfruta" parecen decir con voz muy clara y directa."Acá nadie cobra" me dice Patricio, "son todos compinches, vecinos, que vienen a dar una mano, y a pasar un día en familia con amigos, y cuando le toque a el, sus vecinos irán a su chacra". Bajamos la red que traía Patricio, y en minutos ya estaba en el agua con los primeros 8 voluntarios. El resto preparaba las cuchillas, el agua, las bolsas para los pescados, la leña para el fuego, y otros bajaban la olla de hierro mas linda que pude haber visto.
Emocionante la sensación de encontrarse, sin darse cuenta, que estas despinando un pescado que fue retirado del agua hace no mas de 10 min. es un sueño, un deseo, una filosofía de trabajo que muestra que puede ser real. "El frito" es el plato principal, la estrella del día, frente a mi, un cocinero asignado con machete en mano, cortando casi como si tuviera un centímetro en los ojos los trozos de 1,5 cm de peces recién faenados, entre los cuales había pacu y carpa por ejemplo. Cortaba entre 3 y 4, los tiraba en la olla de hierro que tenia grasa y aceite bien caliente esperando dorar y dejar el exterior del pescado bien crujiente y delicioso, que luego de esto se sumergen unos segundos en la salmuera de limón mandarina que se preparo mientras se cortaba el pescado. Conmigo lleve: mburucuya, lavanda, romero y anís (en hoja), una señora me convido de sus ajos, cuchillos sobraban... 

Menú:
-Filet de carpa con salsa de mburucuya, ajo y hierbas.
-Salmón siberiano en hoja de "galanga" a las brasas.
-Pacú a la parrilla con limón mandarina y ajo. 
-Frito de pescado en salmuera de limón mandarina. 

Bebida: Terere de agua y cerveza. 


Filet de carpa:
Sacar los filet de una carpa, poner a calentar una plancha o disco al fuego, quemarla bien y limpiarla de cualquier resto que pueda tener. Tirar un chorro de aceite o una cucharada de grasa, lo que tengan a mano, cuando este bien caliente tiramos los filetes, cuando se doren del primer lado y lo damos vuelta, por encima y a los costados le tiramos el ajo, las hierbas picadas y el mburucuya. dejar cocinar hasta que se dore abajo, quitar troncos dejarlo solo con brasa para que se cocine lentamente hasta que veamos que las espinas se separan solas de la carne. 

Salmón siberiano en hoja de galanga:
Cortar trozos de 5 o cm por lado de filet de salmón siberiano, salpimentar de ambos lados, pasarle aceite a una hoja de galanga, envolver los trozos de pescado con ella. Cocinar a las brasas hasta que se quemen las hojas, Servir con una rodaja de limón. 

Pacú a la parrilla:
Vamos a cocinar el pacu entero, le hacemos cortes en la zona del lomo, formando una especie de bolsitas y vamos metiendo un diente de ajo junto, un gajo de limón mandarina, y una ramita de alguna hierba (orégano, menta, lavanda, anís, cedrón etc) dentro de cada corte. Salpimentar en ambos lados. Cocinar en la parrilla hasta que ambos lados estén con la piel bien bien dorada y crujiente, si se quema un poquito MEJOR! 

























Espero que disfruten la receta, y les sea de utilidad, la idea es fomentar la utilización de productos regionales, buscando diferentes opciones, recetas y combinaciones.

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Nuestro local: "Hoy cocino yo" Tucuman 1564, Posadas, Misiones.